martes, 8 de noviembre de 2011

LA OBSERVACIÓN

     La observación del escenario, de los personajes y detalles es la que nos va a dar las herramientas para armar nuestra investigación, por lo que es importante que la realicemos de manera adecuada y meticulosa. Taylor y Bogdan nos hablan de los aspectos técnicos, detalles que no se deben pasar por alto;  Camarena y Villafuerte nos comparten sus experiencias durante su investigación sobre comunidades domésticas del siglo XVII y otro de barrios obreros del sur del Distrito Federal.    
     En primer lugar hay que recordar que una investigación cualitativa debe ser siempre flexible y que las hipótesis y procedimientos no se estipulan a priori, sino que se van construyendo y adecuando en el transcurso de la investigación. De los resultados obtenidos irán surgiendo las nuevas interrogantes y directrices hasta que nuestra investigación se sature (es decir, que ya no nos aporte datos nuevos) o que nos haya desviado tanto de nuestro interés inicial de investigación que tengamos que redefinir nuestra temática o cambiar de escenario.
     El acceso a nuestro escenario será a través de un portero, que puede ser un gerente, director, líder, etc. De nuestra interrelación con este personaje depende en gran medida el éxito o fracaso de nuestra investigación, porque si nos cerramos una puerta en este momento es posible que no podamos volver a abrirla. A estas personas habrá que ofrecerles no solo una descripción generalizada de la intención de nuestra investigación, sino algún beneficio (un análisis de su compañía, difusión de su labor, etc). Aunque es recomendable hacerlo de manera frontal, si no es posible puede hacerse a través de un amigo, pariente, conocido. O de plano “entrar por la puerta trasera”, desde otra organización, o formando parte de un voluntariado, aunque esto último dificulta la observación, pero puede ser una forma de ganarse la confianza de los de adentro.
     Es importante dar suficiente información a los porteros como para que nos franqueen la entrada pero sin revelar el verdadero trasfondo de nuestro de nuestra información, sin llegar a mentir, solo navegar con bandera de “inocente”, parecer inocuo.

      La recolección correcta de datos es vital. Como no es recomendable ir con un cuaderno haciendo notas, lo recomendable es hacerlas inmediatamente después de abandonar el escenario tratando de recordar la mayor cantidad posible de información, para lo que es muy importante prestar atención a todos los detalles, enfocándose en una persona o aspecto a la vez, buscar palabras claves, dibujar un diagrama del escenario y recorrerlo mentalmente tratando recreando que sucedió o que se dijo en cada punto, buscar alguien que lea nuestras notas puede ayudar a clarificarlas.
     Camarena y Villafuerte nos narran que tuvieron que andar a pie los barrios  de su interés analizándolos y sobre todo buscando la gente adecuada para hacer su investigación; una pareja anciana que eran obreros de la fábrica la Fama les dieron acceso a la misma después de una labor de acercamiento y rapport, y posteriormente les permitieron participar en algunos eventos sociales del barrio. Un hijo de la pareja, veinte años después les pidió hacer un rescate de la memoria de esta fábrica, volvieron a recorrer los barrios y con la nueva información, la obtenida en la primera observación, unos planos de 1916, y una nueva visita en 2002 tenían un panorama completo de esos barrios en el siglo XX.
     Dicen estos investigadores que las preguntas que se formularon durante su observación fueron “¿qué estoy viendo?” y “¿cómo era antes esto que estoy viendo?”, “¿quién ocupa este espacio?” y “¿qué personas ocupaban este espacio y para qué?”. Para Villar y Camarena la observación directa es muy útil para adentrarse en el “espacio físico y simbólico, para entender su significado, para construir contextos, para encontrar información un tanto escondida”, y que no se encuentra en otro tipo de fuentes;  la observación directa va desde el presente a un momento histórico determinado.

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